proceso creativo

pensamientos, bloqueos, ideas a medio formar y pequeñas reflexiones sobre crear sin prisa.

🔒 Mi peor bloqueo artístico y lo que aprendí de él

Como alguien al que le encanta crear usando su imaginación, he pasado por varios momentos en los que simplemente mi cerebro no da para más. No importa cuánto lo intente: no salen las ideas, ni las ganas de levantar el lápiz.

Y creo que no solo hablo por mí cuando digo que detesto cuando eso sucede. Pero a todo esto… ¿cómo lidio con un bloqueo artístico?

Me gustaría tener una respuesta sencilla y universal, pero la verdad es que no hay una fórmula mágica.

Aun así, quiero contar una experiencia que me marcó, porque fue el bloqueo más fuerte que he tenido hasta ahora.

🎨 cómo empezó todo

Durante la universidad, un amigo mío —que siempre me dice que no sabe dibujar— se sorprendió mucho al ver algunos de mis personajes, sobre todo los femeninos. Un día me soltó en tono de broma:

🧒 “Deberías dibujar porno.”

Obviamente lo tomé como una tontería (nos la pasamos diciendo puras estupideces). Pero tiempo después, él propuso una idea: formar un grupo para desarrollar un videojuego juntos.

Yo sería el artista y diseñador de personajes; otro amigo haría los fondos; y él se encargaría del código y parte del pixel art. ¿El problema? Que el juego… sí, sería de contenido erótico. 😅

No voy a mentir: la idea me pareció curiosa al inicio. Comencé a practicar y a buscar referencias, intentando adaptar ese estilo a mi forma de dibujo.

Pero con el tiempo, empecé a sentirme raro, incómodo incluso. Mi estilo de dibujo, que antes usaba para crear personajes alegres, se estaba transformando en uno para fines eróticos.

Ver a esos nuevos personajes junto a los antiguos hizo que no pudiera ver a estos últimos igual; sentía “miedo” de estar dañando a los que tanto me habían acompañado.

De pronto, ya no quería ni tocar el lápiz. Ni siquiera podía pensar en el lore de mis OCs. Era como si todo lo que me gustaba de crear se hubiera apagado.

🔥 el momento en que volvió la chispa

Aun así, algo dentro de mí no quería rendirse. Por esa época también estaba trabajando en un juego tipo RPG (juego que ya mencioné en una entrada anterior), y aunque mis sprites eran horribles y simples (en serio, lo eran 😅), había dos personajes que me llamaban mucho la atención.

Un día decidí dibujarlos. Sin presión, sin expectativas, solo por diversión.

Y algo cambió. El estilo era sencillo, hasta feíto, pero me sentí libre otra vez.

A partir de ahí empecé a dibujar como antes, con más soltura, y sin notarlo, mi estilo antiguo regresó y hasta mejorado ligeramente.

Aquellos dos personajes terminaron convirtiéndose en algo más grande, e incluso he pulido sus diseños y les creé una historia propia. Fueron, literalmente, quienes me sacaron del bloqueo.

sprites y bocetos sencillos
Sprites y bocetos sencillos de aquellos personajes

💭 ¿y al final qué aprendí de todo esto?

A veces los bloqueos no son solo falta de ideas: también vienen de hacer cosas que no te representan o que te desconectan de por qué dibujas en primer lugar.

No pasa nada si te alejas un rato.

No pasa nada si tu estilo cambia.

No pasa nada si tus dibujos no te gustan por un tiempo.

Lo importante es volver a conectar con el disfrute, aunque sea con un dibujo tonto, un boceto sin rumbo o un personaje que solo tú entiendas.

💡 consejos personales para desbloquear la creatividad

  • Escucha tu intuición: no te obligues a crear si la inspiración no fluye.
  • Toma distancia de lo que te agobia: forzarte solo empeora las cosas.
  • Revisita tus viejos personajes: ver tu progreso puede ser increíblemente motivador.
  • Renueva tu espacio creativo: cambiar de ambiente ayuda más de lo que parece.

🎨 Mi historia con el dibujo

Mi historia con el dibujo ha sido una montaña rusa de estilos, personajes y libretas llenas de trazos torcidos. Pero también ha sido un camino de aprendizaje y evolución, tanto artística como personal.

El dibujo siempre ha sido uno de mis hobbies favoritos, justo después de los videojuegos. Mi historia con él comenzó cuando estaba en la escuela primaria.

Recuerdo que tenía un compañero que dibujaba personajes de Dragon Ball Z (y otros animes) y luego los vendía a nuestros compañeros. Sus dibujos me parecían geniales. Un día le pedí prestada su libreta para verlos, y al llegar a casa agarré una de las mías y calqué un dibujo de Goku. Esa fue la primera vez que “dibujé” algo fuera de las tareas escolares.

Sin embargo, no fue hasta la secundaria que empecé a dibujar sin calcar, o bueno… más o menos. En esa época trataba de imitar el estilo de Gravity Falls. Decir “inspirado” sería generoso, porque cuando vuelvo a ver esas libretas, sinceramente, mis dibujos eran horribles. 😂 Aun así, agradezco mucho a mis amigos de entonces, que siempre me decían que dibujaba bonito (¡gracias por el apoyo, aunque tal vez solo fuera por pura cortesía!).

Fue también en la secundaria cuando creé mis primeros OCs (Original Characters): un chico llamado Pedro y un fantasma llamado Pablo. Dibujaba pequeñas historietas con ellos… y sí, eran malísimas, pero la verdad es que me divertía un montón haciéndolas.

Al llegar a la preparatoria, mi estilo de dibujo volvió a cambiar. Empecé a hacerlo un poco más minimalista, aunque seguía teniendo problemas con las proporciones. 😅 Durante esa etapa, mi “universo” de personajes creció muchísimo, y también fue cuando nació una de mis creaciones más importantes: Esmeralda.

Para mí, Esmeralda es como una especie de símbolo de mi evolución artística. Al principio, era una chica algo masculina, sin mucha suerte en el amor, que solo quería hacer el bien. Con el tiempo, fue transformándose en una guerrera con un gran corazón, y en cierta forma, refleja cómo he cambiado yo también, tanto en mi manera de dibujar como en mi forma de contar historias.

Claro, no es que mi arte actual sea “wow, qué increíble”. Hubo muchas etapas en las que dejé de dibujar por meses y luego regresaba. Pero cuando comparo mis dibujos de secundaria con los de ahora… vaya, ahí sí que se nota la diferencia.

No soy ningún artista profesional, pero ver mis viejos dibujos y compararlos con los actuales siempre me arranca una sonrisa. Tal vez no me salgan perfectos, pero al menos ahora ya no tengo que calcar a Goku 😅.

este espacio no busca enseñar, solo dejar constancia del camino.